Haz un donativo

Bukari. Raíces, arte y semillas que curan

Imagen de Bukari. Raíces, arte y semillas que curan

Desde su origen, los Premios Fundación Anesvad han otorgado un valor especial la pieza que se entrega como galardón. No son simples objetos: cada una de ellas encierra un simbolismo que refleja la esencia del premio y el compromiso con la salud como derecho humano.

A lo largo de esta década, diferentes artistas y propuestas han dado forma a este símbolo, siempre con una mirada cargada de sentido. En esta edición tan especial, la del décimo aniversario, la fundación ha confiado en la sensibilidad y el talento de Bukari, escultor ghánes afincado en Euskadi, para dar vida a una nueva estatuilla cargada de significado.

Una vocación forjada entre el barro

Bukari nació en Ghana en 1970, y fue en su infancia cuando descubrió su vocación: modelando figuras de barro junto a su abuelo. Aquel primer contacto con la tierra marcó su vida. Tras estudiar el bachillerato artístico en su ciudad natal y complementar su formación en la Escuela de Arte de Deba, ha desarrollado una carrera como escultor autodidacta. Su obra, profundamente figurativa, se materializa en cemento, marmolina, madera, piedra o bronce. Aunque muchas de sus piezas están en Ghana, desde 2003 vive y trabaja en Bizkaia, donde tiene obras públicas en municipios como Portugalete, Karrantza o Loiu.

Bukari es también presidente de una asociación que impulsa proyectos sociales en Ghana. Su figura es conocida dentro de la comunidad ghanesa en Euskadi, no solo por su arte, sino también por su compromiso.

La escultura como metáfora: una moringa con alma

Cuando Fundación Anesvad contactó con él para diseñar los premios de esta edición, Bukari supo que debía construir algo más que una figura. Necesitaba transmitir un mensaje. “La moringa es una semilla con valor medicinal, además de alimenticio. Representa un refugio frente a la enfermedad, y eso encaja con la misión de Fundación Anesvad”, explica el artista.

La pieza final está compuesta por dos materiales: una base de madera y una semilla de moringa en bronce macizo.

“Quise que hubiera un contraste. La madera evoca la raíz, el origen del árbol, la conexión con la tierra. Y el bronce, por su resistencia y su peso, da presencia y solemnidad a la semilla. Además, el color oscuro del bronce recuerda al tono real de la moringa”.

Pero la escultura es más que forma y materiales. “La semilla representa la lucha contra las enfermedades desatendidas. Y la base de madera que la sostiene simboliza el papel de Anesvad: apoyo, refugio, sostén para esa lucha”.

Entre desafíos y significado

El proceso de creación no estuvo exento de retos. Visualizar cómo dar forma a una idea tan potente llevó tiempo. “Tuvimos que redefinir varias veces el diseño hasta que conseguimos una imagen que realmente reflejara el mensaje”, cuenta Bukari. Además, trabajar con bronce exigió ajustar plazos a la disponibilidad de las fundiciones, y un cambio de última hora en el número de piezas encargadas —de cuatro a cinco— obligó a acelerar el proceso en la recta final.

Más allá de las dificultades, para Bukari esta obra ha sido un viaje personal. “La moringa forma parte de mi vida. En mi tierra la usamos con fines medicinales. Esta experiencia ha conectado mis raíces africanas, mi conocimiento de la naturaleza, y también mi sensibilidad por los problemas sociales. Todo eso está en esta escultura”.

Una obra con propósito

Las moringas de Bukari son más que un reconocimiento. Son un símbolo. Un puente entre culturas, entre arte y salud, entre origen y destino. Un recordatorio de que, a veces, las semillas más pequeñas encierran las luchas más grandes.

Imagen de perfil de Guillermo Maceiras
Guillermo Maceiras
Compartir a través de:
Contenidos relacionados
OSZAR »